Desde San Martín pueden realizarse diferentes rutas de senderismo, entre las cuales vamos a destacar las siguientes:

  1. Ruta de las ruinas, en la cual visitaremos las ruinas del Convento de Nuestra Señora de Gracia, un castro de la época visigodo y las ruinas de la ermita de San Benito. (Pincha aquí para conocer el recorrido)
  2. Podemos también hacer el "Camino del Asentadero de los Curas" un camino lleno de historia y que une el pueblo de San Martín del Castañar con el de Sequeros. (Pincha aquí para conocer el recorrido y su historia).
  3. Camino para ir desde San Martín hasta La Alberca. El recorrido es longitudinal con una dificultad media-baja. Tiene una distancia de 7,86 km. y está pensado para una duracción media de 3 horas. La época recomendada para realizarlo es primavera-otoño, donde podremos disfrutar de unos paisajes únicos. (Pincha aquí para conocer el recorrido).
  4. Asentadero. Bosque de los espejos. Ruta circular de 9,2 km., pensada para realizarse en tres horas, con obras de arte colocadas en la naturaleza. Discurre entre los municipios de San Martín del Castañar, Las Casas del Conde y Sequeros. Esta ruta integra el anterior camino de "El Asentadero de los Curas".
  5. Ruta de los molinos del río Francia. Recorrido circular de 6,63 km., pensada para ser realizada en una hora y cuarto y de dificultad moderada. Un recorrido por seis molinos que se utilizaban antiguamente y aprovechaban el caudal del río Francia. La mejor época para realizar esta ruta es en verano, puede ser impracticable en invierno y principios de primavera a causa del caudal de agua que lleve el río. En caso de lluvia debemos tener una precaución especial con las rocas que se hacen muy resbaladizas.

Los tiempos de las rutas son orientativos, dependerán de la capacidad física, descansos, paradas... De cualquier forma, merece la pena alargarlas y disfrutar de cada uno de los paisajes por los que discurren.

 

 

Después de realizar cualquiera de estas rutas, o antes de empezarlas, puedes disfrutar de un relajante y refrescante baño en la pisicina natural que se encuentra en el parque de El Chiringuito, a sólo dos minutos andando desde Casa López.

¡¡Date un chapuzón!!

Una forma estupenda de pasar el verano.

 

 

 

 

 

Camino del Asentadero de los Curas

El asentadero de los curas, un espectacular, inusual, insólito, estimulante, creativo, artístico y enormemente bello recorrido a través del bosque entre los pueblos de San Martín del Castañar y Sequeros.

La razón para crear esta historia escrita sobre el camino que une San Martín con Sequeros fue el hallazgo de un libro real, 'El peregrino curioso y grandezas de España', escrito en el año 1577 por un viajero que recorrió en aquel momento la Sierra de Francia recogiendo leyendas y costumbres. El juego empezaba hablando del maleficio caído sobre el libro, provocado por el hecho de no haber sido consultado por nadie durante siglos y cuya consecuencia era que los personajes allí retratados habían huido de las páginas para perderse a lo largo del camino. La misión del Peregrino Curioso, con ayuda de los participantes en el paseo, era ir descubriéndolos a lo largo del recorrido. Pincha aquí para ver el mapa.

De Sequeros a San Martín del Castañar el paisaje, durante aproximadamente 5 km., bien puede surtir efecto de torbellino del tiempo. Al caminar se abre paso la memoria y cada hoja de roble o de castaño cuenta lo que oyeron contar a alguien hace mucho; las piedras que aun aguantan en su sitio el paso de los años también muestran y relatan los sucesos que allí tuvieron lugar. Sobre esa dimensión se han realizado diversas intervenciones artesanales tratando de añadir nuevas expresiones, nuevos sentidos y nuevas interpretaciones para llamar la atención sobre el uso contemplativo de un viejo camino cargado de historia, cultivo de leyenda y soporte etnográfico y cultural redivivo. No hay mas que abrir bien los ojos, como el "peregrino curioso", que en 1577 recalo esta Sierra quedándose encantado de la grandeza que en ella había.

Toma la senda, de principio, en Sequeros (La Ruta puede hacerse igualmente desde San Martín hacia Sequeros) y aunque ya no cuelguen ristras de castañas, hilos de higos o pimientos ensartados secándose al aire y al sol en las balconadas, el pasaje del Infiernillo, El Robledo o la Cabezuela serán motivos suficientes para evocar el pasado en que la Profetisa Juana auguraba el fruto de la Peña de Francia.

Después de escudriñar calles, plazas y rincones del pueblo, cerca de la Ermita del Humilladero: el Cierro. Aquí en tiempos se guardaban los cerdos; hoy en su lugar, la Casa de la Alianza se presta a revalorizar los oficios tradicionales, artesanos y artísticos como apuestas de futuro.

Camino adelante, a un lado y a otro: trochas y servidumbres de el Tejar, el Rebollar, Castillejo, Las Rozas, Las Suertes de los Moros; las Huertitas y Cabezuelo. Una parada en "los Pájaros del Alba" sugiere el amanecer de símbolos alados que hacen mención a la mitología del bordado serrano. Luego, la fuente Cuca y camino de las Suertes de Arriba...

Hasta llegar al "Asentadero de los Curas", donde se reunían en buena chanza, platicaban de lo divino y de lo humano el Arcipreste y los párrocos del contorno.
La Suerte de la Aliada y la Tejonera nombran parajes cercanos al Regato de las Mayas y la fuente que fue medicinal del "Tío Patata". Por una estrecha senda se llega a los bancales, un laberinto de paredones para actividades programadas. Al sur un desvió alternativo por las Pozas del Caraba. De allí a las Casas del Conde o hacia El Tallar y las “Tarmas de Babel” una especie de torre mirador donde se puede seguir construyendo el infinito con velortos.

La Ermita de Santa Lucia, la luz, donde podemos disfrutar de un romántico escenario antes de adentrarse, atravesando la carretera de las Casas, en el territorio de El Averno. En la mismísima cuesta del Asno el demonio-carnero de la Loa te asaltara con sus monsergas. Salvado el pellejo, “El Pasadizo de las Revelaciones” te enfrentara con el dilema del mas allá. Aire, tierra, fuego y agua conforman nuestro futuro y nos hace pensar en la salvaguarda del medio ambiente como una manera de perdurar.

Una vez en el puente de Buena Madre tan solo un trecho hasta San Martín, resucitando los nombres de El Burro, La Paina, La Oliva del Concejo y Las Zarceras.

San Martín del Castañar te devuelve a la civilización no sin antes mostrarte el castillo cementerio, el artesonado muzárabe de la Iglesia, los Soportales del Concejo o el Puente y la Calzada romana. Pregunta esta vez por “ La Liara ” de vino que se daba a todos los vecinos que antiguamente echaban la peonada para mantener el camino por el que tus pasos, nuevo peregrino curioso, han trascurrido.

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Ruta de San Martín del Castañar a La Alberca

Ruta de senderismo debidamente señalizada, que une los municipios de San Martín del Castañar y de La Alberca. Estos dos pueblos pertenecen a la red de Conjuntos Históricos Artísticos Provincial de Salamanca y al Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia. Se extiende a lo largo de 7,86 km. de recorrido y dificultad baja salvo un pequeño tramo de subida después de cruzar el río Francia, que es baja-media.

Esta ruta de senderismo, que está señalizada con los colores blanco, rojo y amarillo, cuenta con un panel indicativo de la ruta al inicio de la misma, en la Ermita del Humilladero que se encuentra a las afueras de San Martín del Castañar. Para llegar a la ermita hay que ir al final de la Calle Larga , atravesando el puente medieval y dejar atrás la Ermita del Socorro, para subir por un camino empedrado, que es una antigua calzada romana, hasta la Ermita del Humilladero. Aquí hay que seguir por la carretera asfaltada durante un kilómetro aproximadamente hasta que una nueva señal nos saque de ella hacia un camino que va a la izquierda. Después de unos 650 metros las señales nos llevan hacia otro camino, también a la izquierda, rodeado de jóvenes robles, que pocos metros después se vuelve sendero para atravesar el paraje Los Lanchares, una zona llena de lanchas, piedras grandes, lisas, planas y no muy gruesas, en donde abundan escobas y brezos y en donde desaparece toda la vegetación arbórea, sobre todo a nuestra izquierda, lo cual permite ver la parte alta del encajonamiento del río Francia y si se gira la vista un poco hacia atrás se puede ver San Martín del Castañar desde el alto y poco más adelante Las Casas del Conde y Miranda del Castañar. Todo este tramo se realiza sobre una suave pendiente, sin complicaciones, con pequeños descansos.

Según se atraviesa Los Lanchares se puede contemplar el maravilloso paisaje que nos depara la zona, como la Peña de Francia delante a nuestra derecha, los montes de la Alberca de frente y la Sierra de Béjar a la izquierda. Antes de llegar al paraje Las Picotinas, y todavía en la zona de Los Lanchares se inicia el descenso hacia el río Francia. Según se avanza y se sale de la zona de las lanchas la vegetación arbórea aparecerá con jóvenes robles, que junto a las escobas y brezos nos acompañará hasta el Puente el Pontón, por donde se cruza el río Francia.

Es aquí donde comienza una subida con un poco más de dificultad, lo más duro del recorrido, rodeado de castaños y robles primero y pinos después, para salir en un claro, ya con menos desnivel, en el cual hay que estar atentos a las indicaciones de la ruta para no perderse. Estas indicaciones dirigirán los pasos por un camino a la izquierda a la zona de huertas conocidas como el Portón, el cual es atravesado por el Arroyo de Arrohuevos que va a desembocar al río Francia.

Después de pasar otra zona arbolada, en ligera pendiente, se llega al camino donde se encuentra el cementerio de La Alberca , y una vez pasado éste llegar a la carretera, la SA-201 , que une Salamanca con el municipio serrano objetivo de la ruta de senderismo, para pocos metros después entrar en el pueblo por la Calle del Tablao.

La ruta se puede realizar en unas dos - tres horas.

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Ruta de las ruinas

Esta ruta, que se extiende durante 12,78 kilómetros, añade al enorme atractivo paisajístico de la Sierra de Francia el disfrute de los restos históricos dejados por otras culturas y linajes pobladores durante siglos de estas tierras. Así contemplando el espléndido paisaje serrano, disfrutaremos de las ruinas del Convento de Nuestra Señora de Gracia, visitaremos las excavaciones de un castro de la época visigótica en el yacimiento de La Legoriza y de regreso nos encontraremos con los restos arquitectónicos de la antigua Ermita de San Benito.

Comenzamos la ruta saliendo del pueblo de San Martín del Castañar por el hermoso puente medieval situado al final de la Calle Larga. En este espacio nos encontramos con la Ermita del Socorro o de San Sebastián, cuyo origen se remonta al siglo XV y una estela funeraria romana situada en el borde derecho del camino. Ascendemos por esta antigua calzada hasta llegar a la Ermita del Humilladero (siglo XVI) en la que destaca la hermosa reja de forja renacentista.

Abandonamos el pueblo por el camino que empieza por el lateral derecho de la Ermita del Humilladero, ascendiendo entre huertos y campos cultivados hasta llegar a la carretera DSA-262, la cual cruzamos para tomar el camino que justo enfrente sube zigzagueando con fuerte pendiente bajo la sombra de los robles. En unos veinte minutos nos encontramos junto a una tapia de piedra bordea el camino y enfrente entre fresnos, robles y acacias divisamos las ruinas del Convento de Gracia.

Se fundó este Convento franciscano en 1430 por el Obispo de Salamanca, disponiendo de iglesia, claustro y refectorio. Posteriores obras y mejoras se sucedieron durante los siglos XVI y XVII. El siglo XIX marca el comienzo de su decadencia, al saqueo efectuado por las tropas francesas a su paso durante la guerra de la Independencia , se suma el abandono provocado por la desamortización de Mendizábal de 1836. Expolios posteriores le llevan al estado de ruina en que se encuentra hoy en día. Pero el encanto de estas piedras entre la frondosidad de fresnos y robles, dando testimonio de tiempos pasados es innegable. Los alrededores del convento contaban con numerosas construcciones anexas, estanque, fuentes y canales de regadíos esculpidos en piedra. Un paseo hasta la fuente de Santa María, situada a unos cien metros de la entrada principal, bien merece la pena En la actualidad la finca en la que se encuentra el convento de Gracia es propiedad de un particular.

Continuamos nuestra ruta volviendo al camino que abandonamos para ascender buscando la pista que comunica La Legoriza con El Linar. En el cruce giramos a la izquierda para contemplar la bella cresteria de la Sierra de La Alberca y descendemos hacia la carretera SA-262 que cruzamos en el lugar conocido como La Legoriza. Este robledal boscoso es monte comunal de la villa de San Martín, en el se encuentra un campamento juvenil de la Junta de Castilla y León. Tomamos la carretera que nos acerca a dicho campamento para visitar las excavaciones del yacimiento arqueológico de la Legoriza. Dichas excavaciones pertenecen a un antiguo castro visigodo del Siglo VI.

Caminaremos después entre brezos y lanchales de granito hacia el noroeeste, unos 500 metros, hasta encontrarnos con una valla alambrada que cruzaremos para acceder al camino que de La Legoriza baja hasta San Martín del Castañar. Este camino es cómodo y con preciosas vistas de la Sierra de Francia. Aproximadamente a kilómetro y medio llegaremos a un cruce de pistas, donde tomamos el camino de nuestra derecha para, en un bosquecillo de eucaliptos situado a unos 200 metros , visitar las ruinas de la antigua ermita de San Benito. Destaca un precioso arco, resistiendo el paso del tiempo. La finca en la que se encuentran las ruinas de San Benito es propiedad particular.

Volvemos al anterior cruce para retomar la pista que abandonamos y que a partir de este punto esta asfaltada, en poco más de un cuarto de hora regresamos al punto de partida.

Tiempo de ruta: 3 horas. Suma el tiempo que quieras emplear en tus visitas a las ruinas y yacimiento arqueológico.

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Asentadero. Bosque de los espejos

Esta ruta integra un camino anterior, el Camino del Asentadero de los curas para convertirla en una ruta circular por lo cual se puede empezar desde cualquiera de los tres pueblos por los que discurre, San Martín del Castañar, Las Casas del Conde y Sequeros. Tiene un recorrido de 9,2 km. y una dificultad baja. Posee un gran interés y valor medioambiental. Está pensada para hacerla en 3 horas, aunque te recomendamos realizarla con tranquilidad, sin ninguna prisa, para disfrutar de cada encuentro, de cada sorpresa que se encuentra a la vuelta del sendero. Esta propuesta de arte en la naturaleza invita a mirar de otro modo el camino serrano, leer desde el arte el paisaje, sentirse mirado, atravesar el espejo o adivinar reflejos imposibles.

El Bosque de los espejos es un nombre literario para un recorrido por la naturaleza que comenzamos en San Martín del Castañar, uno de los Conjuntos Históricos Artísticos más importantes de la provincia salmantina por la historia que encierra el castillo y su arquitectura. para seguir hasta Las Casas del Conde, un pequeño pueblo, que sin ser Conjunto Histórico Artístico, atesora una belleza inigualable, llena de arte, encanto, meditación silenciosa y tradición lejos del mundanal bullicio de otros pueblos serranos. Desde Las Casas del Conde subimos hacia Sequeros para regresar de nuevo a San Martín del Castañar,

Avanzamos por el camino en una continua invitación a mirar en el paisaje para buscar nuestra presencia en el agua que fiera baja por los arroyos cristalinos, para buscar los reflejos de la luz que penetran entre las ramas de los árboles para dibujar estelas imposibles. Pero el camino también nos muestra nuestra propia existencia con unas obras de arte singulares que nos muestran las mil existencias del bosque y que los artistas han sabido interpretar de manera perfecta.

Alguna de las Obras de arte que nos encontraremos al realizar el camino son:

Una casa que abraza a un árbol. En el camino encontramos una casa que permite mirar a través de ella y que se relaciona con el pasado del lugar (abraza a un árbol superviviente del basurero que había antes de la intervención en el camino).

Mochuelos que ven en la noche. Un lado del espejo, el día, donde nos sentimos seguros. Y al atravesar el espejo, en la noche, aparece la inseguridad, los miedos. Animales para ser vistos en los dos lados del espejo.

La obra ‘A puntadas' refleja que vivimos en un mundo en el que el hombre, con sus actuaciones, olvida la fragilidad de la naturaleza. Esta puede romperse y sería estupendo que entre todos pudieramos "remendar" nuestros errores. Es también un recuerdo a los trabajos anónimos perdidos, espejo de lo que fuimos.

Mariposas efímeras, que nos muestran el camino. Si algo sabemos, sentimos, nos define, se nos muestra cuando nos miramos en el espejo, es que somos efímeros… El tiempo nos modifica y llegan estas mariposas desde el otro lado del espejo… que nos muestran el camino a seguir.

Avanzamos hacia Sequeros, dejando atrás Las Casas del Conde con sus mariposas efímeras en las paredes, y se nos abre una puerta como un espejo, que nos invita a ir al otro lado, al bosque que nos recibe para absorbernos. Son las puertas al campo que se nos abren y nos invitan a cruzar el umbral.

Un árbol de palabras que son espejo de lo que pensamos, de cómo somos y una torre que refleja sutilmente la luz a quien pasa por el camino.

Pero también avanzamos de la mano del ocre de las hojas que pueblan el camino, del murmullo del arroyo cristalino, del musgo que muestra la vida del campo o del susurro que producen las ramas mecidas por una suave brisa que transmite frescura en una jornada de prematura primavera.

Una invitación este sendero, caminante, a cruzar la puerta y sumergirte en la magia del bosque. A vivir experiencias que anidan al otro lado del espejo de esta vida efímera de prisas y ruidos.

Puedes pinchar aquí para ver el mapa de la ruta en PDF y aquí para ver el folleto del camino en PDF que ha realizado la Diputación de Salamanca para dar a conocer este proyecto.

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Los molinos del río Francia

La explotación de los recursos naturales llevada a cabo por los vecinos de San Martín, llevó también al aprovechamiento del caudal de agua del Río Francia, siendo frecuente la construcción de Molinos en las orillas de su cauce. En el famoso catastro del Marques de la Ensenada de 1749 figuran censados cuatro molineros en San Martín del Castañar, lo que demuestra el arraigo de dicha ocupación. Con esta ruta nos acercaremos a los restos de algunos de esos molinos donde podemos apreciar los diferentes estilos empleados en su construcción, sobre todo en la boca de entrada de agua, pudiendo ser ésta, ovalada, circular, cuadrada y hasta pentagonal. Comenzamos la ruta saliendo del pueblo por la calle de Penilla, atravesamos un pequeño puente, llamado "el puente tabla", en el que se inicia un camino bien marcado que desciende rápidamente hasta el río entre viñedos y olivares. El último tramo discurre bajo fresnos y alisos paralelo al cauce del río. En unos veinte minutos llegamos al “Charco de la Mierla”, zona de baños del pueblo de San Martín. Justo encima de dicha poza nos encontramos los restos del primer molino. Seguimos nuestro camino río arriba y en unos diez minutos alcanzamos el segundo molino, este molino es conocido como el molino del “Señor Enrique” su último molinero y fue el último en dejar de funcionar allá por la década de los sesenta del siglo XX. Apreciamos la boca de entrada de agua, circular y muy bien conservada y aprovechando la buena conservación del canal que llevaba el agua a dicha boca, caminamos por él para en otros diez minutos y en una pronunciada curva del río llegar al denominado “Charco de la Ventana” justo a los pies de una curiosa formación rocosa conocida como el “Campanario de los diablos”. En este entorno nos encontramos con el tercer molino conocido como el molino del “Señor Jacinto”. A pesar de su estado ruinoso éste fue el penúltimo molino en dejar de funcionar, pudiendo datar sus últimas moliendas de la década de los años 50. Muy próximo a él se encuentra el molino del “Señor Pedro” hermano del anterior. A pesar de su mejor estado de conservación dejo de funcionar años antes que el anterior. Todavía podemos observar las piedras de moler, su bien conservada estructura y sobre todo su boca de entrada en forma elíptica. Los clientes de estos molinos eran, no solo los vecinos del pueblo, sino también de los alrededores, llegando su clientela hasta pueblos del campo de Tamames. La entrada en funcionamiento de la Fábrica de harinas de San Miguel del Robledo, antes llamado Arroyomuerto, marcó el comienzo de su decadencia. Continuamos nuestra ruta río arriba hasta encontrarnos con el quinto molino y siguiendo el cauce del río con un sexto en unos veinte minutos. La fuerza de la vegetación va ganando la partida a las viejas piedras de estos dos últimos molinos pero todavía podemos apreciar sus estructuras y admirar su grandeza siendo conscientes del lugar en que se encuentran. Para finalizar nuestra ruta nos acercamos hasta las magníficas pozas de “El Caozo” y “La Olla” regresando por una pequeña senda, actualmente no muy marcada y con algún desprendimiento, lo que nos obligará a dar más de un rodeo. Alcanzamos el camino para subir por él, bordeando un pequeño bosque de castaños y cruzando un pequeño puente para alcanzar la pista forestal del “Camino de la Horca” que nos conduce de regreso a San Martín.
IMPORTANTE: Esta ruta que no es difícil de realizar en tiempo de estío pero puede ser impracticable en invierno y principios de primavera dependiendo del caudal de agua que lleve el río. Debemos tener una precaución especial, en caso de lluvia, con las rocas que se hacen muy resbaladizas.

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